Aparentemente las dos son iguales y aunque es cierto que para conseguir la primera hay que esforzarse algo más, no es lógico el que al poseer una u otra la cosa pueda cambiar tanto puesto a que si me apuras los Vigilantes de Seguridad le hacemos el trabajo sucio a la Policía Nacional o en su caso a la Guardia Civil.
Todos sabemos que los VS hacemos que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no tengan que hacer absolutamente nada para coger a pequeños delincuentes que se dedican a hurtos en centros comerciales, tiendas, obras…
A veces también les ayudamos a detener a bandas más organizadas que se dedican a lo mismo pero en cantidades industriales.
Podríamos seguir todo el día enumerando cientos de cosas en las que ayudamos a mantener el orden y con ello a que la vida en sociedad sea un poco más fácil, pero todo esto es poco reconocido por la propia sociedad y lo más triste de todo es que a esos cuerpos de policía que tanto ayudamos en su trabajo, tampoco le hacemos mucha gracias dado que parece que siempre nos están mirando con lupa y por debajo del hombro.
La TIP de la policía sirve para todo pues el oficio está bien visto, igual con ella te cuelas en el Metro, que te atienden mejor en un hospital cuando vas con algún familiar.
La TIP del vigilante de seguridad no sirve para nada, igual con ella haces el ridículo si la sacas incluso aunque estés trabajando, pues yo conozco una par de casos en el que dos compañeros la sacaron para un control de la Guardia Civil (rutinario) y lo único que consiguieron fue una leve sonrisa y poco más.
Animo a los Vigilantes a sacar su Tarjeta de Identificación Profesional en los mismos casos en que los haría un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, quizás así en 10 años la sociedad está acostumbrado a ello y se nos respete.
Igual hasta nos hacen Agentes de la Autoridad y todo.
Andrés Álvarez redactor de www.seguridadsemanal.com
Por suerte para mí, reconozco que la he sacado en cada ocasión que se ha venido a una intervención el cuerpo de Mossos d'Esquadra en Barcelona, y siempre me han tratado con el máximo respeto. Ojalá fuese así en todas partes.
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