Por eso, entre otras cosas, nos hemos concentrado en el día de hoy a las puertas de este organismo público, en defensa de los compañeros despedidos por la empresa Secupol, cuyo único pecado ha sido darse de baja después de 6 largos meses sin cobrar un euro. Por eso, y porque la nueva contratista se ha estrenado en este servicio obligando al resto de personal a renunciar a su antigüedad y pluses, bajo la amenaza de que aquel que no aceptara esas condiciones, no trabajaba. Por esto y otras lindezas, hemos dicho bien alto que Secupol no tiene sitio en el sector de la seguridad privada, y que a partir de ahora la metemos en el mismo saco de las empresas piratas de la peor calaña.
También hemos señalado que no es casualidad que esta mala empresa haya recalado en la tesorería, pues el ramillete de empresas de seguridad a las que se les ha venido adjudicando la custodia de las instalaciones de la TGSS es para enmarcarlas: Sinergias, RMD, Mersant y ahora Secupol. La bajeza humana y cinismo de quién dirige la tesorería no tiene límites, pues quien sanciona y expedienta a empresas privadas por incumplimientos de ley, se convierte en verdugo e infractor en su propiedad. Menudo ejemplo para el pueblo. No se puede mirar para otro lado cuando uno tiene responsabilidades y el mal campa a sus anchas alrededor nuestra. No nos vamos a conformar con estos comportamientos indecentes. Utilizaremos todas las herramientas legales a nuestro alcance para defender el honor y los derechos de la plantilla de seguridad de este centro de trabajo.
Desde SPV consideramos que no hacen falta empresas piratas en el sector de la seguridad privada, sino aquellas que defiendan y desarrollen un empleo digno y de calidad. No hacen falta directivos al frente de organismos públicos que fomenten el empleo basura y que amparen a empresas incumplidoras, sino personal al frente de estas instituciones que velen por el bien común y que exigan a sus contratas el cumplimiento estricto de las leyes de nuestro marco laboral. Vergüenza deberían de sentir, si tuviesen decencia .
Fuente:
SPV CADIZ
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