Una interesante reflexión sobre los remordimientos de conciencia que sufren muchos trabajadores ante los turbios tejemanejes a los que su empresa les obliga a participar para contentar a los clientes.
Thierry Taugourdeau es un hombre de mediana edad que lleva 20 meses en el paro y cuya desesperación aumenta cada día que pasa. Por fin parece que sus penurias se atenúan cuando consigue trabajo como vigilante de seguridad en un supermercado que, si bien no es su empleo soñado, al menos le permite cubrir las necesidades familiares. Sin embargo, sus jefes añadirán a sus competencias una misión que le enfrentará a un delicado dilema moral: espiar a sus compañeros o ser automáticamente despedido.
El director y guionista Stéphane Brizé (Mademoseille Chambon) realiza un retrato del oscuro y amoral mercado laboral post crisis económica en La ley del mercado. A través de su protagonista, un parado de larga duración de 50 años que lucha contra su conciencia ante los turbios tejemanejes a los que su empresa le obliga a participar, somos testigos del sistema de opresión de los mercados sobre los individuos más desvalidos de las sociedades capitalistas. Irremediablemente politizada, Brizé toma partido en esta cinta en la que no falta el factor emocional.
En una de las interpretaciones más aplaudidas del año, el francés Vincent Lindon (Los canallas) repite con Brizé tras Mademoseille Chambon y carga sobre sus hombros con todo el peso de la película. Gracias a su interpretación de Thierry y su dilema moral, Lindon se alzó con el Premio al Mejor actor en el Festival de Cannes. Le secundan los franceses Xavier Mathieu (Con todas nuestras fuerzas) y Christophe Rossignon (Nada que declarar), que aportan experiencia a un grupo de actores amateur que en La ley del mercado interpretan las mismas profesiones a las que se dedican en su vida real.
Sindicato Profesional Vigilantes
SPV CADIZ
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