Potentes controles policiales en los puntos neurálgicos del país tras subir la alerta. Donde antes la consigna era observar y prevenir, ahora es de actuar a la mínima. En estaciones de trenes y aeropuertos se han desplegado policías con armas al hombro
No es un día más. Sin duda. hoy se habrá batido el récord de revisión de equipajes, de maletas, de bolsos. Hoy es el primer día 4, el primer día de un nivel de alerta antiterrorista cercano al máximo, al mismo nivel que tras la masacre del 11-M. Pero apenas se percibe. La ciudadanía no está sorprendida de que hoy, si ha emprendido algún viaje, haya visto potentes controles policiales, agentes con armas al hombro y con chalecos antibala.
En España, por desgracia, este tipo de dispositivos son conocidos. No es tan lejano en el tiempo cuando las fuerzas de seguridad del estado tenían que poner en marcha la operaciones de cierre de una ciudad, las denominadas operación jaula, tras un atentado perpetrado por ETA. Hoy, el escenario en las grandes ciudades es parecido. La secuencia de atentados de ayer y la elevación de la alarma al nivel 4 ha reeditado estas imágenes.
Interior decretó la elevación de alarma ante el riesgo de un atentado e instantáneamente se activaron los sistemas de refuerzo tanto en la Guardia Civil como en la Policía y el CNI. Grandes centros estratégicos, vitales para el funcionamiento del Estado. Grandes espacios de acumulación de ciudadanos. Grandes centrales energéticas... Un largo etcétera de instalaciones consideradas sensibles para la seguridad de España están aún más protegidas hoy. Donde antes la consigna era observar y prevenir, ahora es de actuar a la mínima... Visto como actúan los terroristas, las fuerzas de seguridad saben que tienen menos margen de confianza. "Al final, se trata de tener el dedo más cerca del gatillo", resumen uno de los agentes que participa en este nuevo dispositivo de seguridad.
Sin duda a quien más le toca apretarse el cinturón es a aquel que se dedica a la investigación antiterrorista. Estos especialistas no pueden dejar un fleco abierto. El nivel 4 afecta especialmente a la Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional y a las unidades antiterrorista de la Guardia Civil. El control, sobre todo de sus sospechosos, se ha incrementado a niveles de máximos. Las vacaciones para estas unidades se han terminado hasta que el Ministerio del Interior opte por bajar de nuevo la alarma.
Pero, además, a quien le ha tocado hoy reforzar también su seguridad han sido a las empresas privadas. EL MUNDO ya adelantó hace apenas unas semanas que el Ministerio del Interior había a tratado de reforzar la colaboración de estas empresas para ampliar la lucha contra el terrorismo islamista. Porque, como recuerdan fuentes policiales, la seguridad exterior e interior no sólo en centros estratégicos privados sino también en públicos está en sus manos. "Sus ojos y sus oídos son clave", recuerda estas fuentes. No en vano, el atentado perpetrado en Francia afectó a empresas privadas.
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