Avanza la crisis y con ella, la desafección de los trabajadores por los sindicatos. España atraviesa uno de los periodos más lúgubres de su historia económica, con el paro en cotas históricas. Sin embargo, la confianza de los trabajadores en la capacidad de las centrales para resolver sus problemas mengua. Según los datos difundidos ayer por la UGT coincidiendo con el comienzo de su 41 congreso confederal, en los dos últimos años la organización que lidera Cándido Méndez ha perdido 40.651 afiliados. Frente a los 1.209.651 que tenía en 2010, el pasado ejercicio cerró con 1.169.000. La última vez en los últimos años que el sindicato tuvo menos de 1,2 millones de sindicados fue en 2008, cuando contaba con 1.152.451. Los dos años siguientes, cuando la crisis empezó a arreciar, logró mejorar sus cifras. Pero entre 2011 y 2012 la afiliación se desplomó coincidiendo con un periodo de gran conflictividad en las calles que fue coronado con la convocatoria de varias huelgas generales.
El retroceso en la afiliación preocupa a la UGT no sólo por la pérdida de apoyo que evidencia sino también por su impacto en las cuentas de la organización, de las que el sindicato todavía no ha dado datos. Cándido Méndez no lo ocultó ayer en una entrevista en el diario «El País», en la afirmaba que «la afiliación ha bajado por causas económicas: cierre de empresas, despidos...», y que ésta era una de las razones, junto al aumento de cuotas reducidas que pagan los trabajadores en paro afiliados al sindicato, de la caída de sus ingresos, por lo que defendió que las administraciones mantengan las subvenciones para su funcionamiento. Por esta vía, los ingresos también han menguado de forma notable en los dos últimos años. En 2012, el Gobierno recortó sus aportaciones a las centrales en un 20% y los Presupuestos Generales del Estado de 2013 contemplan otro tajo similar.
Según explicó el propio Méndez, el sindicato ingresa vía afiliaciones unos 100 millones de euros, aproximadamente el 72% del total de lo que entra en caja.
Captación
Ante la pérdida de simpatizantes, el Programa de Acción del congreso de UGT, que reconoce que la afiliación sindical en España es «relativamente baja», pone sobre la mesa, como adelantó en su edición del pasado lunes LA RAZÓN, métodos para captar seguidores que denotan bastante urgencia. Plantea, por ejemplo, «reconocer el derecho a la sindicación a todas las personas extranejeras con independencia de su situación administrativa». Es decir, a los inmigrantes que no tengan regularizada su situación. También propone que los miembros de la Policía Nacional puedan afiliarse a los sindicatos de clase y no a los profesionales, como ahora marca la Ley, y que cada federación establezca «un mínimo de tasa de afiliación en relación a la población asalariada correspondiente que sirva de referencia y estímulo para el crecimiento afiliativo». Y para que la captación tenga un efecto inmediato no sólo en la estadística de afiliados sino también en la tesorería de la organización, propone el cobro de la primera afiliación y la entrega del carné en el plazo de un mes.
UGT también quiere eliminar posibles barreras administrativas que impidan la afiliación y por eso propone que las tareas de asesoramiento puedan realizarse también vía telefónica u on-line, además de la necesidad de adaptar los horarios.
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