Después de varios meses pensando si escribir esto o no, por fin decidí
hacerlo. Soy vigilante de seguridad de una de las empresas más
importantes de este país. Siento un terrible malestar con la
situación que estamos viviendo muchos de nosotros en estos momentos. Reconozco
que dentro de esta profesión habría que hacer una buena limpieza
de personajes que solo saben ensuciarla, pero no todos son
así.
Mi caso es el siguiente: presto servicio en la estación de Adif Madrid-Chamartín. Mis
cometidos, entre otros, han sido desde patrullar la línea de
alta velocidad de la zona norte (controlando el robo de cobre),
hasta pasar controles de seguridad en las salidas de los
trenes de alta velocidad, pasando por estar junto al responsable de equipo
atendiendo cualquier incidencia que pueda surgir dentro de la estación.
En el mes de octubre del 2013, prestando servicio, recibimos el aviso de la
central de un hombre con pérdida de conocimiento en el andén
de la vía 10. Me encontraba solo en el vestíbulo en ese momento, había varios
compañeros repartidos por la estación junto a policías nacionales y municipales
porque era un día de huelga. Tras el aviso corrí hacia dicho
andén y efectivamente encontré a un hombre tumbado en el suelo, estaba
completamente morado, cianótico y sin constantes vitales. En primer lugar no
sabía cómo reaccionar —hacemos cursos continuamente de reciclaje, pero
nunca me había encontrado en esa situación—. Hubo unos segundos en los cuales
me sobrepasó la situación, había muchísima gente alrededor, pero en un momento
dado le giré, abrí su camisa y empecé a realizar el RCP. Conseguí
reanimarle dos veces. No recuerdo cuánto tiempo estuve hasta que llegó
el SAMUR pero se me hizo
eterno. Me acompañaba un compañero que ni siquiera estaba de servicio y un
joven que dijo ser bombero.
De todo esto he sacado una felicitación de la empresa y la amistad que me
une hasta el día de hoy con ese hombre. Raro es la semana que no pasa por la
estación para saludarme y darme un abrazo. Hubo felicitaciones
in situ del cuerpo nacional de policía, agentes municipales y
SAMUR, los cuales me tomaron datos para sus respectivos informes. Y
aquí viene el tema: ¿Dónde están esos informes y esa mención que se
supone que iban a darme? En ningún sitio. ¿Y esa grabación de móvil
que siempre sale del ciudadano? Ah, que solo sale cuando un vigilante
está pegando a alguien, el salvar una vida no sirve. Si hubiera sido
un miembro de las FFCCSS ya estaría en todos los medios.
Mucha gente nos trata como basura, nos llaman policías frustrados,
‘seguratas de mierda’… No se imaginan las burradas que nos llegan a
decir cuando estamos cara al público y más
ahora que estamos tan de moda. Mucha de esa gente no tiene ni idea de las
funciones que realizamos cada día por un sueldo que no llega a mil
euros y que ahora nos quieren bajar. En definitiva, solo me queda
seguir trabajando como hasta ahora y ayudar a limpiar poco a poco el
nombre de los vigilantes de seguridad.
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